
Santiago del Estero, 08 de marzo de 2025 – Con 46 años de vida en la comunidad y más de cuatro como trabajadora permanente del Hipódromo 27 de abril, María Luisa Cejas, conocida como «Doña Chiny» es una referente de lucha, dedicación y esperanza para todos los que la conocen. Su historia es la de una mujer que encontró en este lugar no solo un empleo, sino una verdadera oportunidad de cambiar su destino y el de su familia.
En diálogo exclusivo para Voces en Alto, Chiny recordó cómo su vida dio un giro gracias a este emblemático lugar: «Hace 46 años que vivo en este lugar y mi vida ha cambiado un montón. Cumplí diferentes trabajos y este lugar cambió mi vida y la de mi familia. Tengo un techo seguro para mi familia y un trabajo digno y estable», aseguró con una sonrisa, destacando cómo este trabajo le permitió alimentar y educar a sus hijos, algo que para ella, fue un verdadero logro.
Chiny, quien ha sido parte integral del Hipódromo 27 de abril durante años, agradeció especialmente al Director del Hipódromo, José Tarchini, por su gestión. «Gracias a este hombre, este lugar también creció, está más lindo, y yo tengo mi trabajo seguro porque hace más de 4 años soy planta permanente», afirmó con gratitud.
En su mensaje de esperanza, Doña Chiny dejó una reflexión que resonó profundamente: «Si yo pude, todos también pueden». Su mensaje motivador, lleno de fuerza, va dirigido especialmente a las mujeres que trabajan en el hipódromo, y a todas las mujeres de la provincia, a quienes les envió un saludo especial: «A todas las mujeres que luchan y se esfuerzan todos los días, mi respeto y admiración. Todas podemos, con esfuerzo y empeño podemos salir adelante, tengan o no alguien a su lado. Nunca dejen de soñar porque todo se puede».
Gracias a su constancia y esfuerzo, Chiny no solo es un ejemplo de superación personal, sino también una inspiración para toda una comunidad que ha encontrado en ella un ejemplo claro de que el trabajo duro y la determinación pueden cambiar vidas.
Hoy, más que nunca, Doña Chiny demuestra que el Hipódromo 27 de abril no es solo un lugar de trabajo, sino un espacio donde los sueños y la esperanza florecen, y donde la vida de muchas personas, como la suya, ha dado un giro radical.